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sábado, 10 de abril de 2010

Testimonio Jorge Aguero

Jorge Agüero, militante del PCR en la industria del pescado

Previamente al Golpe, los empresarios de la Cámara de la Industria no ocultaban su intención de que se implementen medidas que terminen con “la rebeldía obrera”. Así lo explicó Jorge Agüero, militante social que trabajó en la industria del pescado durante los primeros años de la década del 70, quien resaltó que el gran crecimiento del sector fue posible “sobre la explotación” de los trabajadores. Y puso en evidencia la conexión existente entre las fuerzas militares que comenzaron a actuar antes del 24 de marzo de 1976 y el empresariado portuario.

Agüero fue en 1971 peón en una fábrica del grupo Valastro. “Uno de los que les ha ido bastante bien con el Golpe”, apuntó.

Entre 1970 y 1972, el militante del peronismo de base que luego sería parte del PCR y la Agrupación 1º de Mayo del Pescado, participó de los reclamos gremiales del sector, en busca de una convenio colectivo que respete la garantía horaria y los derechos del obrero. Por tal motivo estuvo dos veces detenido en la comisaría primera, y también pasó por la segunda, la tercera y la Guardia de Infantería. “Quedaba en libertad por el reclamo de organizaciones populares del momento”, explicó.

Durante el 74, Agüero fue delegado de la fábrica Marítima Integrada de Armadores (MIA), situada en Acha y Vértiz. Ese año –relató- eran frecuentes los enfrentamientos con dirigentes del SOIP, conducido por Abdul Saravia. Incluso, se repetían intentos de secuestros y amenazas. Dentro y fuera de las fábricas aparecían pintadas que indicaban “Zurdo te vamos a matar”, firmadas por la juventud sindicalista. En el playón de MIA donde solían organizarse las asambleas, grupos armados interrumpían las reuniones. “Se movían por las calles del puerto tranquilamente”, denunció Agüero.

Entre 1975 y 1978, en ocho oportunidades grupos armados que manifestaban ser de distintas fuerzas e incluso del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado, irrumpieron en su vivienda, en la casa de su suegra y el segundo domicilio que debió ocupar en la casi clandestinidad.

En diciembre del 75, cuando se producía el intento de Golpe del brigadier Orlando Capellini, un grupo armado irrumpió en su casa de Florencio Sánchez 445, donde se encontraba la madre de Agüero, quien aseguró que buscaban material relacionado con el entonces gobernador bonaerense, Victorio Calabró. Estaban vestidos de civil, decían ser de la policía, pero el militante creyó que se trataba de grupos violentos utilizados por sindicatos.

A partir de allí, Agüero, junto a su compañera Adela Lorenzo, debió vivir “con mucha reserva”, y mudándose de lugar de tanto en tanto. Si bien todavía no se había instaurado la dictadura militar, se vivían tiempos difíciles. El trabajador del pescado recordó la muerte de René Isú, quien es acribillado de más de 20 balazos en las cercanías a Edison y Mario Bravo.

A fines de julio de 1977, nuevamente lo van a buscar a su vivienda un grupo de personas que dicen ser del Ejército, pero tampoco lo encontraron allí. Un operativo similar, con civiles armados, se repite en noviembre, aunque participaron también fuerzas uniformadas. Agüero tampoco estaba en el lugar.

Un mes después el operativo se repite en la casa de sus suegros. Cuatro sujetos –un muchacho joven, uno alto y con bigote, otro que llevaba puesto un chaleco antibala con la inscripción “Chino” y un hombre de más de 50 años- le dicen a su suegra que eran de la Federal. Se movilizaban en un Peugeot blanco con portaequipaje y un Torino.

En esos días, tras conseguir la dirección del domicilio donde se escondían Agüero y su mujer, un grupo de personas rompió la puerta del departamento B de O'Higgins 1850, ingresó al lugar y lo vació por completo, dejando sólo un fuentón con ropa. Los muebles y pertenencias de Agüero fueron cargados en un camión de la Fuerza Armada que cruzaron sobre la calle.

Sin poder dar con el paradero del obrero del puerto que militaba en el PCR, volvieron a la vivienda de la calle Juncal. Argumentando que tenían a su hija, que estaba embarazada, le pedían la dirección de Agüero. Enseguida, la suegra recorrió comisarías, entre ellas la cuarta. Ante la negativa de los uniformados les gritó que eran unos mentirosos, y la impotencia le llevó a decir que ella tenía una carta de su hija. Esa misma noche, otro grupo –con el mismo hombre de más de 50 años que ya había estado- acudió en busca del escrito, que nunca existió. La relación de los efectivos que estaban en la comisaría cuarta, con las fuerzas represivas, quedaría en clara evidencia. Durante el 78, otra vez la casa de Juncal fue víctima de un violento operativo.

Agüero y su mujer deciden irse de la ciudad. Viajan a Madariaga donde el filetero ayudaba a la organización de los obreros rurales.

En su oratoria, el trabajador explicó que las listas negras que hoy existen para restringir el acceso de algunos obreros en la actividad portuaria, eran también utilizadas en la década del 70. “No sólo para el aspecto laboral, sino también para la detención y persecución de personas”.

También recordó que cuando tenía 16 años practicaba paracaidismo en una escuela cercana a Batán. Un compañero de ese entonces, le contó hace algunos años que cuando llegaba con su avioneta a la Base Aérea pudo ver en reiteradas oportunidades cómo subían gente con ojos tapados o encapuchados a aviones.

Jorge Agüero volvió a Mar del Plata en 1991. Hoy, alejado de la actividad portuaria, sigue comprometido con la realidad social en su barrio Parque Palermo donde es fomentista. Antes de retirarse de la sala del Tribunal Oral Federal, recordó que hace 40 años mataron a Ernesto Che Guevara. Allí alojó el homenaje a los compañeros que hoy no están por luchar y por querer “un mundo mejor”.

CON NOMBRE Y APELLIDO

Hugo Garelik era estudiante cuando en 1977 fue secuestrado. Pasó por el GADA 601 y luego por la comisaría cuarta. Fue dejado en libertad. Entre el 2 y el 10 de diciembre de 1978 fue detenido –junto a su hermano que quedaría luego en libertad- del departamento de Independencia y Maipú. Continúa desaparecido

Telmo Ortiz, obrero del pescado de la planta Marfil, también fue secuestrado cuando tenía 18 años, al realizarse un operativo en Villa Cariño donde vivía. Se lo llevan porque decían que tenía armas, y fue liberado un tiempo después. El 14 de diciembre fue nuevamente secuestrado por un grupo donde había tres de la Brigada de Investigaciones.

Roberto Biaggio Evangelista, estudiante de psicología.

Américo Eisa fue secuestrado el 2 de diciembre de 1978, en el denominado “Operativo ratonera”.

Baes era un filetero que vivía en el barrio San Martín. Fue secuestrado y el 23 de diciembre de 1978 quedó en libertad. En un breve encuentro con Agüero, el obrero le mencionó que estuvo en detenido un lugar donde debía bajar 18 escalones. Allí reconoció que fue torturado, y en los interrogatorios le preguntaban por Agüero. A dos de los torturadores les decían “Aborto” y “Correntino”.

Antonio Satuto. Trabajaba en el Astillero Dante Gras y era estudiante de Ingeniería. Fue secuestrado en La Plata el 28 de julio de 1978 junto a su compañera.

Ponciano Argentino Ortiz estuvo detenido en la Base Naval, antes del Golpe sufrió ataques en su casa de Cerrito Sur.

Jorge Máximo Vázquez fue secuestrado el 25 de septiembre de 1976. “Negro alegría”, como lo apodaban trabajaba de peón en Frogocen. Fue secuestrado junto a Alicia Nora Peralta. Un vecino de Agüero pudo comprobar que la mujer estuvo detenida en la Cueva.

Ángel Luis Verón, apodadao “Anteojito” fue secuestrado en Capital Federal. Lo vieron en el Atlético.

Audiencia del 24-9-07