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sábado, 10 de abril de 2010

Testimonio Jorge Pablovsky

29 de Octubre de 2001
Declaración del Sr. Jorge Pablovsky

A continuación declaró el Sr. Pablovsky, quien en la época de su detención trabajaba como maquinista en los barcos. El 28 de marzo de 1976, luego de un embarque, llegó al puerto y al día siguiente fue allanado su domicilio. Cuando a la madrugada golpearon la puerta personas que se identificaron como de la marina, él pensó que habría ocurrido algo con el barco, por lo que abrió inmediatamente la puerta. Sin embargo lo apuntaron a la cabeza y durante una hora y media allanaron su domicilio. Las tres personas que realizaron el operativo estaban maquilladas y con pelucas. Posteriormente él las reconoció durante su detención en la Base Naval. Finalmente lo subieron en un auto y lo llevaron al Golf, adonde le hicieron un simulacro de fusilamiento.

Luego continuaron camino a la Base. Al ingresar a este lugar fue inmediatamente golpeado para posteriormente ser alojado en unas aulas. Cuando los llevaban al baño debían atravesar un patio y en una oportunidad escuchó que un profesor – así lo llamaban los oficiales- se quejaba con respecto a que los alumnos veían estos traslados.

Pablovsky fue torturado varias veces durante los interrogatorios. Le preguntaban por gente que desconocía y también por gente del sindicato. Permaneció siempre encapuchado y atado.

En determinado momento fue trasladado a Prefectura. Por vez primera le sacaron la capucha y lo desataron. Había otros detenidos: Battaglia, Lencinas, Musmeci, Sotelo.

Cuando fue trasladado desde la Base a la Prefectura, llevaron sus pertenencias en una bolsa con su nombre. La esposa de Lencinas, que se movía mucho por su marido avisó a su familia que, estando en la Prefectura, había visto un traslado de prisioneros encapuchados y un bolso con el apellido Pablovsky. Finalmente su familia logró hacerle llegar comida en 3 ó 4 oportunidades.

En una oportunidad fue brutalmente castigado por un suboficial de apellido Benítez, pero Pablovsky señaló que si bien el que golpeaba era Benítez, los demás oficiales no hicieron nada para detener la golpiza con garrotazos. Después de este episodio fue llevado nuevamente a la Base, yendo a parar a unas celdas muy pequeñas en las que se encuentró con Lerner y Musmeci. Ahí eran custodiados por los cabos principales Guanteleu, Salazar y González. Había otros cuyos apellidos no recuerda.

Estando en esas celdas Lerner recibió la visita del capellán de la Base, quién al pasar por donde ellos estaban detenidos miró para otro lado. También recuerda la visita de un grupo de oficiales quienes eran llevados a ver los calabozos como si se tratase de una visita guíada.

Posteriormente fue visitado por el oficial Ullot quien lo sacó sin capucha por los pasillos de la Base. Pablovsky recuerda que los demás oficiales y suboficiales se tapaban la cara para no ser reconocidos. Ullot lo llevó al Casino de oficiales, adonde lo esperaba la escribana Molina y una conocida suya, Olga Cosac. Le comentaron brevemente que estaban ahí para que anulase un poder a nombre de su esposa y firmase otro a nombre de su padre. Para él esto fue un acontecimiento. Supo después, que en respuesta a un Habeas Hábeas presentado por su familia, la Prefectura había reconocido su detención hasta el 16 de junio, aclarando que a partir del 18 de junio se encontraba detenido en la Base. El 18 de junio fue puesto a disposición del P.E.N. En la Base llegó a recibir visitas de su familia dos veces.

Finalmente lo llevaron al GADA 601 en un vehículo al que subieron más prisioneros, y luego al aeropuerto de Camet. Todo el tiempo estuvieron custodiados por miembros de la Marina y de la Aviación. En el avión fueron amenazados con ser arrojados desde el aire. Cuando llegaron a La Plata fueron recibidos por gente del Servicio Penitenciario, que en doble fila le pegaron a todos los prisioneros.